Descripción
263 páginas. Biblioteca de América / Colección Genio y Figura. Para dar, en el mundo actual, el testimonio que del artista se reclama, Sábato señala a la literatura, entre todas las artes y dentro de ella, a la novelística, como la más apta. Un mundo caótico como el nuestro —argumenta—, un mundo en crisis no puede encontrar mejor medio de expresión que la novela, justamente porque sus límites son tan imprecisos que dentro de ellos caben la meditación metafísica y la encuesta documental, el buceo del subconsciente y la efusión lírica, el pensamiento puro tanto como el análisis de los sentimientos o la acción. No habrá de sorprender por eso que luche para que el novelista no renuncie a ninguno de los planos en que se desarrolla la vida humana. Dos actitudes puede asumir eí creador frente a la realidad: una actitud lúdicra—que dará origen a una literatura de evasión o gratuita— o una actitud que podríamos llamar dramática, generadora de una literatura de exploración, de encarnizado examen de nuestra condición humana. Esta última, que Sábato denomina literatura problemática, es la única que realmente le interesa. Una literatura cuya meta es el conocimiento trágico que se amasa no sólo con la razón, sino con la pasión y la vida y una literatura que, de suyo, excluye el ingenio y el pintoresquismo y las búsquedas puramente formales, y cuya belleza no es esa mera belleza que se logra por sí misma, sino aquella otra, grande y trágica, desgarrada por la disonancia y el horror, por la fealdad y la violencia. Llamo gran literatura —escribe— a la que se propone la investigación de la condición humana.