Descripción
330 páginas. “Las lágrimas afloran sin cesar frente al drama de la familia Wilde, cuando se repara en el martirio de dos niños inocentes y una madre admirable. Si este testimonio no tuviera más que el valor de un documento, tendría ya una importancia considerable, pero desde la primera línea se lo lee como una novela de Dickens o un cuento de Chesterton. El interés surge de la abundancia y de la índole de los detalles concretos. Los personajes descritos se alzan inolvidables a todo lo largo del relato, como un fresco donde se pintara el pasaje de un doloroso cortejo. Bastaría citar dos de los retratos incluidos: el del padre de Osear Wílde, Sir William, oculista célebre, y el de la abuela del gran escritor. Los rasgos de carácter, desconocidos hasta el presente, que se revelan en la obra, muestran en Osear Wilde el ser más opuesto a aquel que el destino permitió. Nos hacen sentir lo que podemos, tanto como lo que no podemos, ante la fatalidad que nos arrastra; lo que habríamos hecho de nosotros, si ciertas condiciones hubieran podido ser cumplidas. Nos muestran sin ostentación ni afectación que las peores catástrofes son debidas muy frecuentemente a un accidente, a una circunstancia exterior que nos pierde ante los ojos de los semejantes, mientras que en nuestro interior nos salvamos a causa de nuestra propia desgracia, con mayor seguridad que quienes caminan con la frente alta, colmados de honores, y con el corazón irremediablemente podrido.” MARCEL JOUHANDEAU