Descripción
239 páginas. La riqueza y el ímpetu de una imaginación hecha poesía constituyen el rasgo predominante de los seis cuentos reunidos en este volumen. Inés Anchorena de Acevedo poseía, indiscutiblemente, una auténtica vocación literaria, manifestada ya en Costa romántica y afirmada aquí en franca muestra de superación. Diríase que en estas páginas, el enorme caudal de su fantasía desborda por sobre los cánones de la estilística, para expresarse con toda la vehemencia y la espontaneidad de una admirable fuerza creadora, rebelde a cualquier sujeción convencionalmente establecida. Así lo advertimos ya desde el sueño alucinado de “La bola de cristal” y en escala mucho más amplia aún, en “La mujer errante”, donde un episodio insertado en la tragedia del Gólgota, descripto con sencillo realismo, deriva en fabulosas andanzas de la protagonista a través de los siglos. Allí se mezclan la historia, el mito y el símbolo. Es el clima mágico de todo el libro, donde animales y cosas asumen las representaciones más inesperadas: las babosas convertidas en espejo y reloj del pretérito trágico, como en “La memoria del tiempo”, o un jabón, que en el último de los relatos ve desfilar, entre las burbujas de su propia espuma, el destino de quienes lo tornan en sus manos. “La cárcel”, en cambio, aun cuando señalado por la misma impronta de los demás cuentos, es una vivida pintura en la cual la realidad, tantas veces descripta, de la existencia del penado, se ve enriquecida por un enfoque de singular originalidad en torno al caso del protagonista, cuyo estudio psicológico pone de manifiesto nuevas y valiosas facetas de la capacidad imaginativa de la autora. Este libro postumo revela —cabe repetirlo— la autenticidad de una vocación literaria signada por un profundo sentido poético y truncada cuando aún era dable esperar de elk la expresión de una madurez creadora, cuya plenitud sólo puede ser alcanzada mediante la necesaria decantación en el tiempo.