Descripción
151 páginas. Colección Primor, 168. ¡Cuan grande es la responsabilidad moral del escritor! Su pluma, movida por la pasión y los deseos de venganza, puede deshacer la más limpia fama, destruir hogares dichosos hasta entonces, sembrar la pena y la desolación. Pero madame Tébesson, que se había hecho escritora para mantener a sus hijas, podría carecer de habilidad o inventiva, mas tenía una conciencia recta. Y por eso, cuando una mujer despechada quiso hacerla cómplice inconsciente de su bárbara venganza, madame Tébesson, cuyo fino instinto descubría un fin turbio en la tentadora promesa, renunció a escribir la novela que podría haber hecho ricas a sus adoradas hijas, ya que ni aun por éstas, su único amor en el mundo, habría cometido ella un acto vergonzoso. Mejor fue así; los corazones puros encuentran pronto o tarde su recompensa, y… ¡qué amarga resulta a veces la riqueza que es producto del crimen! Mary Floran nos demuestra de nuevo, en esta novela, sus reconocidas dotes de psicóloga y moralista, y los bien trazados personajes de madame Tébesson y sus hijas conquistan desde el primer momento las simpatías del lector.