Descripción
343 páginas. Título del original en francés: Petit traité des grandes vertus. Traducción de Pierre Jacomet. Ya casi no se habla de virtudes. Esto no significa que no las necesitemos ni nos autoriza a renunciar a ellas. Es preferible enseñar las virtudes, decía Spinoza, que condenar los vicios: más vale la alegría que la tristeza, la admiración que el desprecio, el ejemplo que la vergüenza. No se trata de dar lecciones de moral, sino de ayudar a que cada uno sea señor de sí mismo, como conviene, y juez único de sí mismo. ¿Con qué fin? Para ser más humano, más fuerte, más dulce. Virtud es potencia, excelencia, exigencia. Las virtudes son nuestros valores morales, pero encarnados cuanto nos es posible, vividos, en acto: siempre singulares, como las debilidades que combaten o corrigen. Y son el objeto de este libro: de la cortesía (que todavía no lo es pero puede llegar a serlo) hasta el amor (que ya no lo es), van en dieciocho capítulos sobre estas virtudes que nos faltan (pero no totalmente: ¿cómo las podríamos pensar entonces?) y que nos esclarecen.