Descripción
En busca del fabuloso Yeti, el “Abominable Hombre de las Nieves”. 315 páginas. Título original en inglés: High in the thin cold air. Traducción: Federico Lopez Cruz. Ilustrado en b/n. En esta historia intensamente emotiva de los altos hielos, en los picos más altos del formidable Himalaya, Sir Edmund Hillary, el notable conquistador del Everest, parte empeñado en una doble misión: primero, encontrar al “Abominable Hombre de las Nieves” y, segundo, descubrir si el hombre puede sobrevivir, y cómo, en aquellas fantásticas altitudes, durante el invierno, soportando indecibles tormentas, el clima más hostil de la tierra y en perpetuo desafío con la muerte. Hillary triunfó en una misión en la que decenas de antecesores fracasaron y otros no regresaron mas… Este relato contiene sus valiosas comprobaciones y se edita enriquecido con gran cantidad de fotos que registran impresionantes escenas y documentan los hallazgos científicos. Hillary y sus compañeros tropezaron con enormes dificultades, al principio, para encontrar algún nativo que sostuviera haber visto realmente, al fabuloso ser humano o animal. No obstante, les fue posible obtener tres pericráneos de parte superior puntiaguda y tres pieles, las que fueron enviadas por vía aérea a la civilización, para su examen y análisis. Además los expedicionarios fotografiaron huesos de una mano, supuestamente de un Yeti. Con tales antecedentes extraordinarios y valiosos, la expedición Hillary pudo definir científicamente la realidad de la existencia o supuesta fantasía de este absorbente misterioso y discutido enigma, que desde hace años viene acaparando la atención de los más renombrados y eruditos antropólogos, etnólogos y principales centros científicos en todo el mundo. Hillary no demoró en llegar a la conclusión de que poseía la respuesta exacta al misterio que rodea al “Abominable Hombre de las Nieves”. Otro valioso aporte científico de esta expedición, es la de haber logrado demostrar que toda idea de que el hombre puede amoldarse con facilidad a la vida y el trabajo en aquellas tremendas altitudes, no es correcta. Todas las teorías fueron desbaratadas por las durísimas penalidades que debió enfrentar y sufrir la expedición, que incidentalmente, fue la mejor equipada que se haya organizado jamás. A pesar del tiempo maligno y traidor, uno de los equipos consiguió llegar a la cima del monte Amadablam, que hasta entonces era con siderada inexpunable, imposible de conquistar. Para poder cumplir con el plan de estudios y sobrevivir a los peligros que les amenazaron constantemente, Hillary y los demás componentes de la expedición, lucharon con las rocas, los hielos y precipicios, superaron las más difíciles pruebas de resistencia física, y toleraron severas condiciones imperantes en la región del Himalaya durante la estación invernal, pero, finalmente, fueron afectados por enfermedades características de dichas altitudes. El asalto a un segundo pico inaccesible o poco menos, el del Monte Makalu, tuvo que ser abandonado cuando los escaladores se hallaban solamente a unos ciento veinte metros de la cúspide. Hillary se había preguntado si seis meses de vida continua a una altura de 5.700 metros y más, permitiría a sus hombres escalar el Makalu, sin tener que recurrir al oxígeno. Sin embargo, pudo comprobar, con dramática claridad, que semejante “adaptación” prolongada, mina notablemente la vitalidad humana y reduce en forma apreciable la resistencia. Desmond Doig, inteligente e ingenioso periodista, experto políglota y entrañable amigo de los pueblos que habitan en el Himalaya, fue de inmenso valor para la expedición. La simpatía y comprensión de Doig hacia las creencias de los nativos, permitieron a la expedición Hillary obtener mucha más información sobre los Yeti, que la que pudieron reunir todas las anteriores expediciones y, sobre todo, profundizar en la vida del pueblo de los Sherpa, observar tus extrañas e insólitas costumbres y conocer a fondo sus tradiciónes milenarias y su mitología.