Descripción
322 páginas. Ejemplar intonso. Filosofía y Política de la Educación cuya traducción ofrecemos es una condensación de “Vingt-cinq chapitres sur l’éducation”. Corresponde a una serie de conferencias que Cháteau debió pronunciar en 1963 en una proyectada visita a nuestro país y que fracasó a raíz de una enfermedad. Château había pensado enfocar en sus lecciones los temas fundamentales de la educación actual: aquí están en forma de libro, lo cual facilita su conocimiento para un público más amplio, no sólo para los especialistas. Parte del concepto básico de que la escuela en sus diversos niveles y modalidades, es obra, ante todo, de los propios educadores; pero no se trata de una mera construcción empírica, cuyos ajustes y reformas se deban a imperativos provenientes de la misma práctica escolar y de la necesidad de tornarla, paulatinamente, cada vez más eficaz; trátase, sin duda, de adecuarla a los objetivos siempre cambiantes, siempre nuevos, de una humanidad en permanente transición. La educación, como tarea esencial del hombre, conforma el gran instrumento puesto por la cultura, para su superación continua, por tanto es tarea que nos compromete por entero. En nuestro mundo, como lo enseña la historia de la civilización, no puede haber esfuerzos inútiles o desperdiciados: un afán de previsión, verdadero afán de anticipaciones, debe guiar todas las actividades humanas. Para adelantarnos a las circunstancias debemos proceder según planes clara y certeramente elaborados. Más que nadie y ahora tal vez más que nunca, es indispensable, como lo señala Château, que los educadores sean filósofos. Pero no fríos filósofos teóricos, sino prácticos, militantes, que crean firme y responsablemente en los grandes principios e ideales que han animado a la educación a través de todas las épocas. Toda educación deriva de una filosofía básica, traduce una concepción del hombre y de la vida y busca alcanzar una meta de valores estimados como esenciales para una mejor y más conveniente espiritualización de la humanidad. Un factor que se suma a muchos otros para hacer aun más valioso el presente volumen, y que debe ser igualmente destacado, corresponde al último capítulo: El espíritu laico. Château encara con singular valentía y claridad de conceptos un tema habitualmente considerado tabú por los teorizadores de pedagogía. Como el autor lo demuestra, el espíritu laico es consustancial a la escuela democrática y es el único que permite enfrentarnos sin reservas mentales a una verdad en constante construcción, a una verdad libremente elegida y no impuesta, a una verdad dinámica, ajustada a la cultura y al momento en que nos toca vivir y actuar.