Más allá de mi río – Grondona, Mariana

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Grondona, Mariana

Estado del ejemplar: Usado - Bueno
Número de inventario: 507742

Detalles bibliográficos

Editorial: Emecé Editores, Buenos Aires
Año de publicación: 1971
Encuadernación: Rústica
Estado: Usado - Bueno
Edición:
ISBN:

Más allá de mi río | Grondona, Mariana | Emecé Editores | 507742

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Descripción

264 páginas. Ya nos dejó dicho Sócrates que viajar es llevar consigo la causa que nos empuja a marcharnos, de manera que irse no es alejarse sino prolongarse. Esto es lo que realiza Mariana Grondona con sus alucinantes relatos de viaje en los que no se desprende de su yo y desde su “adentro” nos traslada con toques de magia por las diversas regiones que recorre. Tiene algo de Butor ese otorgar categoría viviente a todo lo que mira, a todo lo que toca y a todo lo que se agazapa debajo de objetos circundantes con misteriosos mensajes cifrados repercutiendo en su sensibilidad vibrante. No necesita acudir a la frase larga y explicativa (generalmente trampas para confundirnos) para dar en pocas palabras, apenas indispensables, su estado espiritual o la repercusión anímica de un hecho, como cuando al enterarse de un triste vaticinio sobre el fin prematuro y cercano de una eventual compañera de viaje, ella sólo anota… “fueron mis ojos los que se llenaron de lágrimas”. Mariana Grondona nos pasea con la eficacia de su pluma ágil y diseñadora por todos los rincones de su transitar y nos produce por momentos bajo el asombro de una observación inopinada y sagaz, una especie de levítacíón espiritual con el hechizo de sus descubrimientos que tocan el milagro. Como ella misma lo aclara, no es en ningún momento la turista que viaja. Es la persona alerta, curiosa, erudita, que va a la búsqueda de lo inaugural y de lo inédito por debajo y por encima de lo cotidiano a su alcance, donde ella se introduce con su punzante imaginación y sus regresiones tan vividas en la permanente comparación entre sus recuerdos de infancia y la actual imagen de lo que presencia. Siendo sus anotaciones tan veraces que por momentos podrían semejarse al derrotismo de tantas versiones urdidas por un pasatista enfoque religioso, hay sin embargo tanta fantasía en su mirar, tanta poesía en su sentir que está blindada para el fatalismo y la desilusión por toda esa riqueza interior que ningún despojamiento logra empobrecer. Es así como nos dice con tan beiia expresión de nostalgia: “…alquilé mi estalua de Ceres de mi jardín de Martínez, alquilé el otoño, las hojas de oro de los ginko-bilovas, las lenguas ae fuego de los rustifinas, alquilé las noches de luna sobre el río y los recuerdos del altillo…” Su prosa creativa y recreativa nos contagia su asombro y su perplejidad y nos lleva a deambular en un medio que es el resultado del mundo más su mundo.