Descripción
172 páginas. Nacido en la capital mexicana en 1859, MANUEL GUTIÉRREZ NÁJERA sintió desde muy niño la vocación literaria, que había de manifestarse, fresca y poderosa, frente a todas las resistencias del ambiente. Dedicado al comercio por voluntad paterna, se labró su propio destino con un puñado de versos que vieron la luz en los periódicos de la época. La belleza, el ingenio y la sorprendente perfección de los poemas del vate adolescente llamaron la atención de los círculos literarios, que saludaron con admiración la sólida promesa que encerraban aquellas estrofas precoces. Gutiérrez Nájera se consagró muy pronto a la vida de las letras. Cultivó con pareja autoridad los más diversos géneros, ejerció el periodismo y la crítica, y en poesía fue el introductor del modernismo en su país. Prosista brillante, en artículos polémicos, relatos, notas de viaje, etc., hizo gala de su cultura, de su imaginación y de su fina intención humorística. Lírico por excelencia, la gracia y hondura de su pensamiento y la gallardía de la forma resplandecen en composiciones como Para entonces; Versos de álbum; La misa de las flores, y Calicot. Publicó además Cuentos frágiles; Crónicas y fantasías, etc. Popularizó el seudónimo El Duque Job, y desde las columnas de Azul, revista que fundó y dirigió, fue admirable y eficaz orientador de la generación literaria contemporánea. En 1895, la muerte segó, en plena juventud, la vida de Gutiérrez Nájera, considerado ya como uno de los literatos más fecundos y originales de su tiempo y como uno de los maestros indiscutibles de la lírica continental.
