Descripción
171 páginas. Título del original en francés: “Situation de L’Art Moderne”. Traducción de Pablo Palant. No es necesario rechazar a Bach para amar a Alban Berg, ni renegar de Picasso o F. Léger para aceptar a Miguel Ángel. La cultura es un proceso de integración, no de rechazo. Y cada época tiene sus valores y sus formas, cuyo destino último es integrarse armoniosamente en una exposición de los matices más diferenciados del ser. Ahora estamos (hace tiempo que estamos) en la era industrial. ¿Puede este tiempo, de tal potencia dinámica y revolucionaria, contentarse con repetir las grandes obras del pasado, así se llamen Dante, Durero o Mozart? ¿Puede esta época, de aceleradísima transición, resistir al deseo profundo de expresarse con la misma celeridad con que vive, cuando todo le indica que su fugacidad forma ya parte de su esencia? La respuesta es ‘”no”. Ninguna época lo ha hecho, por otra parte. Cada una ha buscado lo “suyo”, en su hora. El gótico surgió para maravilla de los siglos, todos. Y es seguro que una gota, al menos, de su total grandeza, se fundirá de alguna imperceptible, pero segura manera, con las estructuras del arte de hoy, tan extrañas a él, pero engendradas por los mismos dioses. Jean Cassou, una de las mentes más lúcidas de Francia, se ha propuesto ayudarnos a superar esa antinomia falsa; quiere que entremos en el problema con el mismo respeto por el pasado y el mismo temor sagrado por el futuro que son atributos mayores del espíritu. El resultado es esta obra llena de comprensión y de sabiduría, que quiere ayudarnos a aceptar a unos, sin rechazar a otros, porque todo el arte es UNO y en cada una de sus obras el hombre expresa su afán de eternidad. Todo lo demás es especulación de otra índole, grito de resentidos, sensacionalidad, y debe ser olvidado piadosamente.
